Cuando una persona alquila una propiedad, ya sea una casa o un departamento, el contrato de arrendamiento es el documento clave que establece los términos y condiciones de la transacción. Este contrato, firmado entre el propietario (arrendador) y el inquilino (arrendatario), incluye información fundamental como las partes involucradas, la descripción y ubicación del inmueble, la duración del arrendamiento, el monto de la renta y la periodicidad de los pagos (mensual, semanal, quincenal, etc.).
Uno de los principales desafíos para los arrendadores es lidiar con inquilinos morosos. En muchos casos, el proceso para desalojar a un inquilino puede extenderse por años, lo que genera una significativa pérdida de tiempo y recursos. Para evitar este tipo de inconvenientes, en 2014 se introdujo la Ley N.º 30201, también conocida como la Ley de Desalojo Express, que modificó el artículo 594 del Código Procesal Civil. Esta reforma permite que la demanda de desalojo se presente antes de que termine el plazo estipulado en el contrato, siempre y cuando la razón sea la falta de pago o la finalización del contrato.
Para acceder a este procedimiento acelerado de desalojo, el contrato de arrendamiento debe cumplir con dos condiciones esenciales:
- Firma legalizada de ambas partes.
- Incluir una cláusula de allanamiento futuro, en la que el inquilino se compromete, desde el inicio del contrato, a desocupar el inmueble si no cumple con sus obligaciones.
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